… o un buen ejemplo de patrimonicidio.
Foto: Panamá. El Casco Antiguo - The Old Quarter. Shoshanna Levy, Jorge Kam Ríos, Efraín Gómez y Warren Leon Jr. Ediciones Edit Art. |
Lo peor se pudo haber evitado. El proyecto empezó con el pie izquierdo, pie que dio un tropezón con una de los elementos más importantes del hotel, la escalera central. Esta escalera de madera de estilo francés fue fabricada en Nueva York y traída en 1883. En el papel, el proyecto estipulaba la restauración de dicha escalera. Entonces, qué fue lo que pasó? Pues la excusa barata que se dio fue que la escalera estaba llena de comején y colapsó cuando se estaba interviniendo. ¡ALUCINO! ¿Eso quiere decir que nunca se tomaron el tiempo de realmente hacer un estudio prealable antes de lanzarse en semejante proyecto? Cuando un proyecto es serio no hay comején que valga, como muestra un botón: La Casa Boyacá, a escasas cuadras del Hotel Central (los comejenes de ahí seguro eran primos de los del hotel).
Una vez el hotel vaciado de sus vísceras (la dicha escalera, lozas, paredes, corredores laterales) no quedó más que la cáscara, la fachada, flotando como por arte de magia.
Aquí viene el segundo pie izquierdo (hay varios). El proyecto de ''restauración'' se transformó inevitablemente en un proyecto de ''fachadismo''. Esta práctica puede ser contestable por diferentes razones y es muy utilizada en Europa. Consiste en despojar un edificio de su interior dejando simplemente su fachada en pie, lo que permite muchas veces agregar pisos a la estructura original. Mal, mal, mal, dirán muchos. En muchos casos si está mal, pero allá cuando hacen algo mal por lo menos lo hacen bien. No hay que ser un gran físico para saber que las fachadas de un edificio no puede mantenerse en pie sin el apuntalamiento necesario. Me imagino que a estas alturas ya adivinaron con qué tropezó el segundo pie izquierdo; la fachada. La primera vez en mayo del 2009, cuando colapsó una porción de la fachada y en febrero del 2010 cuando un buen pedazo se vino abajo.
Colapso parcial de la fachada del Hotel Central. Foto cortesía de Darién Montañez, via Flick.com. |
Esta pérdida es irrecuperable. Ni multas ni sanciones nos devolverán este edificio emblemático del Casco Antiguo. Ojalá esto sirva de lección para todos. Que esta demolición disfrazada de restauración sea la ultima y que la próxima vez que venga un bacalao disfrazado, el olor lo delate antes de tiempo. Un buen consejo para los que velan por nuestro patrimonio: ¡A AFINAR EL OLFATO SE HA DICHO!
Lo peor es el frankenstein tecno de la mansarda "original" que le han plantado arriba. Pero al menos la esquina que tumbaron la hicieron con calicanto y no con covintec M2 como nuestro arco chato.
ResponderBorrarMe imagino queridos colegas la indignación de lo que ocurre(y ha ocurrido...) en el casco antiguo;es increíble en Panamá se descuida, destruye, se es indiferente a tal valor, no solo histórico o arquitectónico sino también turístico y, como esta la moda de los empresarios,especuladores, negociantes,ni siquiera ellos tienen el impulso intelectual de tal interés de preservar(!ignorantes!)
ResponderBorrarEstoy en Europa, visitando varios países durante 2 meses y "siempre" los cascos antiguos, altstatd...son el atractivo No.1, entonces colegas o no, por favor, CONCIENCIA!